Introducción al  Tiro con Arco

El arco se encuentra asociado con el propio origen del hombre, quien hace unos 35.000 años encontró en él uno de sus principales instrumentos de caza y de guerra. Tras la invención de las armas de fuego, el arco pasó al ámbito deportivo, y se formaron los primeros clubes europeos durante el reinado del monarca británico Enrique VIII (siglo XVI).

 

El tiro con arco alcanzó rango olímpico en París, en 1900, aunque la inexistencia entonces de un organismo internacional que estableciera un reglamento único explica la supresión de este deporte del programa olímpico.

 

La primera vez que el tiro con arco apareció en unas Olimpiadas fue en París, en 1900, como homenaje al guerrero mítico Hércules, al que se consideraba el primer arquero de la Historia.

 

En los Juegos Olímpicos de San Luis (1904) y los de Inglaterra (1908) se tomaron en serio esta modalidad, aunque luego cayó en el olvido. Tuvieron una representación fugaz en Bélgica (1920) aunque aún tendrían que pasar otros 52 años hasta que el tiro con arco se consolidase como deporte olímpico.


El problema existente con las primeras competiciones de tiro con arco era que no había unas reglas universales. Si el país encargado de realizar los Juegos Olímpicos tenía asociaciones de arqueros, entonces ese año sí que existía esta modalidad. Por eso, cuando los Juegos Olímpicos recaían en algún país sin tradición arquera, en esos Juegos no se disputaban la prueba de tiro.

 

En 1931 siete naciones fundaron la Federación Internacional de Tiro con Arco (FITA), que ese mismo año solicitó al Comité Olímpico Internacional (COI) su vuelta a los Juegos Olímpicos, que no se produjo hasta Munich 1972.

 

El tiro con arco es, sobre todo, un deporte de precisión, por lo que en principio su práctica requiere una gran capacidad de concentración, pero también una correcta preparación física.

 

En un torneo olímpico el arquero recorre durante sus desplazamientos a la diana una distancia aproximada de diez kilómetros y según datos de la FITA el tirador desarrolla un esfuerzo similar a ocho o nueve toneladas de tensión sobre el arco al lanzar las 300 flechas que utiliza durante los dos días que dura la competición.

 

El campo de tiro en el que se realizan las competiciones internacionales es una superficie plana, preferentemente de hierba, en la que se marca la línea de tiro desde donde se realizan los lanzamientos. Por delante de ésta se trazan unas líneas paralelas a las distancias de 30, 50, 70 y 90 metros en modalidad masculina, y a 30, 50, 60 y 70 metros en la femenina. En ellas se indican los puntos sobre los que se colocarán los centros de las dianas.

 

El tiro con arco reapareción definitivamente como modalidad olímpica en 1972.

Beneficios

Este deporte es aconsejado a menudo por especialista para recuperaciones de ciertas lesiones, tras accidentes, problemas de columna,etc.

Las personas discapacitadas también pueden practicar y competir en igualdad de condiciones con el resto, ya que esto no es un impedimento.

El arco favorece la  coordinación brazos – visión, el trabajo de espalda,  relajación y tranquilidad, aumenta el control de la posición y de la capacidad de concentración.

 

En niños potencia la coordinación, tranquilidad, control, que se va incrementando de año en año siendo uno de los deportes más recomendables por lo que aporta al crecimiento personal dándole  madurez y fuerza física, adaptada a cada edad, y con adecuada preparación.

 

En si es un deporte que ayuda al niño/a y al adulto  a integrarse socialmente, y participar dentro de un grupo, motivándole en una dinámica que le hace olvidar su timidez  de forma activa.

 

No supone ningún riesgo, ya que se desarrolla siempre bajo la supervisión del correspondiente Monitor.

 

Para muchas personas, ya en un grupo más adulto supone un alejamiento de los problemas cotidianos, de librarnos del estrés de nuestro trabajo, de hacer nuevos amigos, y pasar unas horas agradables, y sobre todo de estar en ocasiones al aire libre y en contacto con la naturaleza, de la que nos vamos alejando continuamente.

 

Creemos en este deporte por los beneficios que produce en la salud física y mental de quienes lo practican. Pero también porque estamos convencidos que proporciona ciertas actitudes, que desarrolladas en el área deportiva, después se aplican positivamente dentro del resto de la sociedad.

 

El deporte y las competiciones deportivas desarrollan valores y actitudes que moldean el espíritu y el carácter de toda persona y que resultan aún más importantes cuando se aplican a jovenes.

 

Veamos algunos ejemplos:

  • Estimula la mente.
  • Reconocimiento de la justicia, al aceptar que cada cual recibe lo que se merece de acuerdo a sus méritos deportivos.
  • Igualdad y falta de discriminación, al aceptar que todos tienen las mismas oportunidades al inicio de una competición.
  • Superación, porque para ganar, tienen que ser mejores que los demás competidores.
  • Respeto, las rivalidades en una competición llegan a convertirse en amistad y admiración fuera de estas.
  • La sensación de escuchar el propio corazón latir aceleradamente, mientras sus músculos se tensan y la respiración se hace notar bajo la forma de un eco inmenso, son algunas de las sensaciones que los arqueros percibirán al momento de dar rienda suelta a todo su potencial durante el entrenamiento o la competición.
  • El tiro con arco es divertido como en cualquier otro deporte y esto es fundamental para asegurar su continuidad.
  • Para quienes disfrutan de la competitividad, ya sea con otros o con sus propios logros, resulta extremadamente estimulante el permanente desafío que implica este deporte.
  • Los arcos, las flechas y el vuelo de éstas generan desde siempre una atracción atractiva en arqueros y espectadores.
  • La construcción, mantenimiento y calibración del equipo, como así también su compra y colección, resultan actividades extremadamente placenteras para muchos arqueros.